martes, 28 de septiembre de 2010

Masaquista

El pan no grita, solloza silentemenete con lágrimas de migajón. Espera, resignado, que desgarren su carne tersa y la sumerjan en ese caldo oscuro y ligeramente amargo. Aguarda secretamente ansioso su destino. (Saboreando el dulce tormento)

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